sábado, 14 de junio de 2014

MONARQUÍA O REPÚBLICA

Quiero una justicia ciega, pero sobre todo humana.
Quiero dación en pago de deudas por vivienda habitual.
Quiero una real separación de poderes. 
Quiero una remodelación de los métodos de la justicia. 
Quiero una educación pública de excelencia, en la que su red de centros sea la más deseada. 
Quiero que se potencie la educación, sobre todo la humanista.
Quiero que se invierta en ciencia, tecnología e investigación. 
Quiero que se invierta en ideas.
Quiero que los grandes solo sean grandes.
Quiero que los pequeños puedan llegar a serlo.
Quiero listas abiertas.
Quiero una persona un voto porque si nací en Syldavia no soy menos que nadie.
Quiero que los sistemas de trabajo aparquen su anquilosamiento.
Quiero que sea conciliable de forma real la vida personal y laboral. 
Quiero que la corrupción sea penada con la ignominia y el destierro.
Quiero que la violencia de género sea un mal sueño. 
Quiero que la política no sea proyección de la ideología. 
Quiero que la economía sea un medidor pero no una soga al cuello.
Y quiero que ningún niño pierda la sonrisa, y si lo hace, que al responsable se le caiga la cara de vergüenza. 

Ahora añadan Uds. lo que quieran.

Después de todo esto, hablamos de monarquía y república. 
Y que conste, me considero republicano por una elemental concepción de igualdad. Pero si el advenidero monarca tiene capacidad y talla para conseguir parte de lo dicho. ¡ Viva le Rey ¡ pues soy persona de principios, pero si no le gustan, tengo otros.

José Méndez 
ABOGADO

DE LO DIVINO Y DE LO HUMANO

Hace pocos días saltó la noticia que nos contaba la "pillada" de un Magistrado del Ilustre Tribunal Constitucional detenido en pleno Paseo de la Castellana de Madrid, rebasando en su moto un semáforo en rojo, sin casco, a las 7 de la mañana y superando con creces la tasa de alcohol permitida. Disculpen si hay alguna imprecisión en el resumen, pero no tiro de hemeroteca.

El tipo tuvo la suerte informativa de que la "escandalosa" noticia resultase efímera, pues a pocas horas se anunciaba la abdicación del Rey, lo que eclipsó el mundo informativo. 

Si piensan que este artículo ( que llaman post ), va a tornar en una suerte de crítica desolladora del ya ex magistrado, se equivocan. No. Yo veo a una persona. Sí, dirán, pero con una cargo ilustre en el que debe presidir la virtud. Y qué es la virtud?. Pues miren, su dimisión. 

Este Señor, que no conozco ni tengo referencia, simplemente no midió las consecuencias, porque no pudo. Supongo, pues solo especulo. Quizá tuviera una fiesta, pensaba volver pronto, pero se sintió a gusto. Todo el día de corbata, con su pensamiento en cosas tan serias ..... Pero caramba¡ un poquito más ¡. Y el poquito más se convirtió en un camino sin retorno. El resto ya lo conocen. 

La virtud, decía, de la compostura, de ser magistrado 24 horas, con todos sus minutos, sus segundos, con la corbata cristalizada al cuello. Sí, debemos mantener la mesura. Más los juristas, que se presumen serios. Vale, pero no aburridos hasta el hastío. 

El Sr. magistrado quizá tuvo una noche de fiesta antológica. Qué? Envidia? Confiesen. Sí, se le fue de las manos y le pillaron. La consecuencia es conocida. Lo que quiero decir es que nadie está exento de errar en su vida y si no, tiren la primera piedra. Y si en este caso fue un magistrado del Olimpo constitucional, no debe olvidarse que la orla de lo divino solo adorna la naturaleza de lo humano, quizá la mayor virtud que poseemos y que muchas veces dejamos aparcada en el armario tras un juego de autómatas corbatas.

José Méndez 
ABOGADO

sábado, 7 de junio de 2014

Gallardón y los fuegos artificiales.

Dijo Winston Churchil que "El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones". 

Cada uno que piense lo que quiera, pero no advertimos esa figura en España ¿desde...?. Yo no la conozco. Hoy voy a hablar de Gallardon, Ministro de Justicia ( de su ejercicio como ) que nos ha tocado vivir.

La enfermedad que padecen nuestra Justicia es endémica, y es que no da votos ( lo he dicho muchas veces). A Gallardon siempre le ha perseguido un aura reformadora. Sin querer entrar ahora en el origen y realidad de ese halo, el nombramiento del citado político como Ministro de tan importante cartera presagiaba, sin duda, una batería de reformas sobre nuestra décimonónica y maltrecha Justicia. 

Lo hicieron con la Seguridad Social, lo hicieron con Hacienda. ¿ Tocaría ya a la Justicia ?. Pleitos interminables; jueces desbordados; burocracia ininteligible; un poder judicial cuestionado por su independencia; alambicados procesos y toneladas de papel que no me cabe duda, atentan a la biosfera y resultan directamente proporcionales al desbrozamiento del Amazonas. 

De un político espero decencia, nada más. Su fama les ha hecho ser el primer problema percibido por los ciudadanos después del paro. Pero en Justicia siempre albergo la esperanza profética de su sanación. Està todo por hacer. Un indicador de cualquier democracia es el estado de su Justicia, de su confianza por los ciudadanos, su celeridad, independencia, incluso de sus finanzas ¿saben Uds. cual es la cantidad de dinero "retenida" en los Tribunales y sin circulación en el mercado con motivo de la maraña procesal? Nos asustaríamos. 

Antes, nadie, desde mi punto de vista ( prueben a preguntar a cualquier jurista o lean los periódicos, por lo que a las pruebas me remito ) hizo nada por la Justicia. Desde que Montesquieu murió, el afán político solo ha sido el de vender su alma por un puñado de votos. 

Y llegó Gallardón .. y los fuegos artificiales. No podía pasar desapercibido ¿ pueden Uds, nombrar los últimos tres ministros de Justicia ?. Pero Gallardon siempre se hace notar. Efectivamente, no me equivoqué, llegaron las reformas. 

La Justicia de un pueblo es tan esencial como su educación o su sanidad. En definitiva, un pilar que el Estado debe sustentar en garantía de sus ciudadanos. Lo de Gallardon es la cita de Warhol "no preste atención a lo que escriban de Ud. Mídalo en pulgadas". 

Por ahora, la receta de nuestro Ministro a los problemas ha sido: ( seré sintético porque este blog no tiene aspiraciones enciclopédicas )

Proyecto de reforma ley de planta. Por sí no lo sabían Uds. se pretende que los juzgados se concentren en las capitales de provincia. Analicen los que ahora existen en su comunidad y el servicio que prestan. Es como lo de los hospitales pero a lo bestia. ¿Así es cómo se quiere disminuir la litigiosidad en España?. Les dejo un enlace para que vean su alcance. 


Tasas judiciales. La que más duele. Con el pretencioso motivo de bajar la litigiosidad sólo se ha conseguido reducir garantías a los ciudadanos, acercándonos aún más a una Justicia para ricos, lejos de una igualdad deseable. Prueba de ello son las declaraciones que recientemente nuestro ministro ha realizado:



Efectivamente. Quien tiene dinero le importa un bledo pagar la tasa ( se pude decir de otra manera, pero creo que así queda más claro). Ahora bien, si es (sub)-mileurista, està en paro o, sencillamente es un ciudadano de clase media que por azares de la vida necesita defender sus derechos ante un Tribunal, hagan cuentas. Se lo pensarán, y esta es la razón estadística con la que cuenta el Ministerio. Efectivamente, sobre los posibles litigios, pese a su derecho, muchos, algunos o unos cuantos lo harán decaer, con lo que el número global decaerá. Pero ¿quienes?. Sí, como dice el Ministro, los pleitos pequeños. Claro està, los grandes litigios, sólo afectos a grandes fortunas o entidades (que también lo sufren en silencio) prosiguen en el intento, y es que poderoso caballero es don dinero. Les dejo otro interesante enlace del efecto de la medida.


Del cercenamiento de la Justicia universal. Miren Uds., como cualquier ciudadano en este tema, aplico la lógica ( la mía ). No podemos ser los gendarmes del mundo ( parafraseo a algún político que no recuerdo y que entraña algo de razón ). Ahora bien, si en el conflicto, acto o crimen intervino y se vio afectado un compatriota español, nuestra Justicia debe defendernos, y me alegra que el Juez Pedraz y la Audiencia Nacional, pese a la politizada medida ( así la considero ), prosiga en sus investigaciones del crimen de José Couso, pues si no, ¿exigimos que la familia inicie una litis penal con responsabilidad civil subsidiaria contra el estado norteamericano en los tribunales Iraquíes ? Ah, no, que también pueden acudir a la jurisdicción de EEUU con garantías de éxito ! 

Vaya, quizá la investigación no tenga el fruto de aperturar un proceso que depure las responsabilidades debidas, pero la familia, al menos tiene derecho a conocer la verdad, y nuestros poderes deben atender a ese grito tan humano. 

Más grotesco resulta excarcelar y poner en libertad a un número considerable de narcotraficantes porque fueron apresados en aguas internacionales. Quizá aquellos introdujeron drogas en nuestro territorio, pero como les pillamos fuera ... ¡Casa! La ley como el juego de la oca. Pienso en qué hubiera pasado si las autoridades que practicaron las detenciones fueran británicas o norteamericanas. Perdón, pero parecemos lo que parecemos. 

Otros enlaces al respecto:




Reforma CGPJ y mordaza de jueces. La última polémica de este Ministro. Ahora pretende que jueces guarden silencio y se abstengan de hacer declaraciones. ¿Qué fue de la libertad de expresión?, pero lo más preocupante, ¿qué pretende este Gobierno con medidas como ésta?, ¿no hay nada mejor que hacer?


Y por todo lo visto, ¿ ha mejorado algo ?

El mayor problema de todo esto es que sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena ( y estoy seguro de que la cita le gusta a este Gobierno ), y estas noticias y reformas no llegan al ciudadano, pues son aburridas e incomprensibles, quedando sólo en el debate de foros profesionales. Pero ay amigo!, cuando toque ... ármese de paciencia y busquen otro santo. 


José Méndez 

ABOGADO

viernes, 6 de junio de 2014

Dije digo. Qué ocurre con un seguro de desempleo si el trabajador decide incluirse en un ERE.

Previa a la crisis, algunas compañías aseguradoras se aventuraron a lanzar un "producto" cuyo cobertura consistía en asegurar el riesgo de una eventual situación de desempleo (paro) del trabajador, siempre bajo determinados límites según la póliza y compañía, bien cuantitativos, temporales, como así otros parámetros condicionales del supuesto a asegurar: despidos procedentes, carencias, contratos indefinidos previos, etc.

Pero la mayoría se olvidaron de regular un supuesto: el ERE. - gran visión - Imagino que el producto habrá caído en desuso dada la experiencia. Jurídicamente y a priori, la solución no plantea problemas. La extinción de un contrato de trabajo en virtud de un expediente de regulación de empleo da lugar a una situación "legal" de desempleo. Así lo dice la norma vigente. Por lo tanto, y de su nombre (despido colectivo), se deduce, el riesgo derivado de las extinciones por esta vía, está cubierto. Amplia es la jurisprudencia al respecto.

La anomalía se presenta en casos excepcionales, cuales son los de la extinción del contrato de trabajo por decisión (que veremos no voluntad) del trabajador, dentro del marco de un ERE. Lo haré más sencillo.

Una empresa plantea un ERE a sus trabajadores, concediendoles un periodo en el que, siempre bajo un determinado marco y condiciones incentivadas, pueden decidir quienes, de entre ellos, terminarán su relación laboral con el empleador. En este ínterin se abre un periodo voluntario en el que individualmente, cada trabajador, en su fuero interno, puede tomar la decisión de adhirse a la "oferta" de la empresa, viendo así finalizada su relación laboral dentro del ERE una vez sea aprobado. 

Ahora bien. ¿La decisión del trabajador es voluntaria? Gran paradoja. Podríamos pensar en realidad que tal cuestión es indiferente a este planteamiento porque estas decisiones son opacas al resultado final, es decir, no se sabrá nunca si el trabajador decidió o no adherirse a la decisión extintiva empresarial, o por el contrario vino obligado por aquella. 

Realmente, el lector avezado ( y profesional de esta materia aseguradora ) conocerá ya que la jurisprudencia es clara en este sentido. El ERE es una decisión extintiva promovida por el empresario, y como resultado, las personas que con ello finalicen su relación laboral, bien obligadas, bien provocadas, en cualquier caso, se encontraran en situación legal de desempleo Art. 208 LGSS. Dicho de otra manera, la extinción de su contrato es ajena a su voluntad. Esta es la premisa mayor. 

Si rizamos el rizo ( y este es el caso que recientemente me encargaron con éxito final del pleito): un trabajador se ve envuelto en un proceso de ERE dentro de su empresa. Sin embargo, inicialmente el no es apuntado conservando su puesto de trabajo. A final del trámite, previa su aprobación, por motivos que al caso no voy a exponer, decide incluirse dentro del grupo de trabajadores que serán despedidos. Como quiera que aquel ERE tenía un cupo de trabajadores que verían final terminada su relación laboral y la lista se encontraba cerrada, hubo de ser sustituido por otro. Esta decisión provocó que la resolución última de la administración en aprobación del ERE, incluyera su nombre expresamente con motivo de la urgencia y momento de la decisión. 

Mi cliente tenía un seguro de protección de desempleo. Ante el reflejo de su decisión y nombre en la resolución administrativa, la aseguradora denegó la cobertura, aduciendo su manifiesta voluntad de ver extinguida su relación laboral cuando realmente pudo quedarse en la empresa. 

Bien, sin explicar los fundamentos de la litis para no aburrir, y parafraseando al TSJ Madrid, la decisión del trabajador se produce “no en el marco de una libre decisión de extinguir el contrato, sino en el de acogerse a la inicial y unilateral determinación empresarial de dar por concluida la relación con la anuencia de la representación unitaria y sindical de los trabadores, permitiendo presumir que el cese aquí cuestionado, se produjo de forma involuntaria, al ocurrir "en virtud de expediente de regulación de empleo” .  

Queda claro, pues, que la extinción "provocada" dentro de un ERE, siempre y en cualquier circunstancia, tiene origen en la decisión del empleador, por lo que si la póliza de seguro viene a cubrir la situación "legal" de desempleo del trabajador, no quedará más remedio que el riesgo quede cubierto, y es que donde dijo digo, no vale decir Diego, y aunque hubiera dicho Diego, entenderíamos como nula tal inclusión en el clausulado de la póliza. 

José Méndez. 
ABOGADO