Dijo Winston Churchil que "El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones".
Cada uno que piense lo que quiera, pero no advertimos esa figura en España ¿desde...?. Yo no la conozco. Hoy voy a hablar de Gallardon, Ministro de Justicia ( de su ejercicio como ) que nos ha tocado vivir.
La enfermedad que padecen nuestra Justicia es endémica, y es que no da votos ( lo he dicho muchas veces). A Gallardon siempre le ha perseguido un aura reformadora. Sin querer entrar ahora en el origen y realidad de ese halo, el nombramiento del citado político como Ministro de tan importante cartera presagiaba, sin duda, una batería de reformas sobre nuestra décimonónica y maltrecha Justicia.
Lo hicieron con la Seguridad Social, lo hicieron con Hacienda. ¿ Tocaría ya a la Justicia ?. Pleitos interminables; jueces desbordados; burocracia ininteligible; un poder judicial cuestionado por su independencia; alambicados procesos y toneladas de papel que no me cabe duda, atentan a la biosfera y resultan directamente proporcionales al desbrozamiento del Amazonas.
De un político espero decencia, nada más. Su fama les ha hecho ser el primer problema percibido por los ciudadanos después del paro. Pero en Justicia siempre albergo la esperanza profética de su sanación. Està todo por hacer. Un indicador de cualquier democracia es el estado de su Justicia, de su confianza por los ciudadanos, su celeridad, independencia, incluso de sus finanzas ¿saben Uds. cual es la cantidad de dinero "retenida" en los Tribunales y sin circulación en el mercado con motivo de la maraña procesal? Nos asustaríamos.
Antes, nadie, desde mi punto de vista ( prueben a preguntar a cualquier jurista o lean los periódicos, por lo que a las pruebas me remito ) hizo nada por la Justicia. Desde que Montesquieu murió, el afán político solo ha sido el de vender su alma por un puñado de votos.
Y llegó Gallardón .. y los fuegos artificiales. No podía pasar desapercibido ¿ pueden Uds, nombrar los últimos tres ministros de Justicia ?. Pero Gallardon siempre se hace notar. Efectivamente, no me equivoqué, llegaron las reformas.
La Justicia de un pueblo es tan esencial como su educación o su sanidad. En definitiva, un pilar que el Estado debe sustentar en garantía de sus ciudadanos. Lo de Gallardon es la cita de Warhol "no preste atención a lo que escriban de Ud. Mídalo en pulgadas".
Por ahora, la receta de nuestro Ministro a los problemas ha sido: ( seré sintético porque este blog no tiene aspiraciones enciclopédicas )
Proyecto de reforma ley de planta. Por sí no lo sabían Uds. se pretende que los juzgados se concentren en las capitales de provincia. Analicen los que ahora existen en su comunidad y el servicio que prestan. Es como lo de los hospitales pero a lo bestia. ¿Así es cómo se quiere disminuir la litigiosidad en España?. Les dejo un enlace para que vean su alcance.
Tasas judiciales. La que más duele. Con el pretencioso motivo de bajar la litigiosidad sólo se ha conseguido reducir garantías a los ciudadanos, acercándonos aún más a una Justicia para ricos, lejos de una igualdad deseable. Prueba de ello son las declaraciones que recientemente nuestro ministro ha realizado:
El mayor problema de todo esto es que sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena ( y estoy seguro de que la cita le gusta a este Gobierno ), y estas noticias y reformas no llegan al ciudadano, pues son aburridas e incomprensibles, quedando sólo en el debate de foros profesionales. Pero ay amigo!, cuando toque ... ármese de paciencia y busquen otro santo.
José Méndez
ABOGADO
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